Las sociedades del siglo XXI deberían revisar
si persisten en dar la espalda a la
mayor crisis humanitaria que se vive por los refugiados en Europa o apuestan
por la solidaridad. Estos días, más que
nunca se necesita cambiar el discurso intolerante, xenófobo y prejuicioso de
quienes intentan vender por intereses económicos, políticos o sociales un
mensaje discriminatorio y completamente inhumano.
Solo hay que ver y escuchar cada
día las ocurrencias de Mr. Trump; seudo político millonario y racista que
intenta convencernos de un mundo “blanco y sin inmigrantes”. Primero habría que
borrar de la faz de la tierra la miseria, la exclusión y la pobreza de los
millones de ciudadanos en el planeta. Trump quiere ganar la casa blanca a costa
del miedo y la alevosía. Busca la confrontación y el voto fácil en los Estados
Unidos. Lo peor es que haya mucha gente que se lo cree. Las encuestas lo señalan como posible candidato oficial del partido Republicano
de ese país. Estremece de solo imaginarlo en el poder político.
Mientras en España, el candidato del PP a presidir la
Generalitat, Xavier García Albiol, ha prometido que ampliará sus ideas discriminatorias a toda
Cataluña, tras su fracaso como alcalde en Badalona. Quiere hacernos creer que su mundo y Cataluña estarán
mejor sin extranjeros. Otra manifestación de ultraderecha, acorde con lo que piensan en
su partido, intentando esconder su verdadera intención prejuiciosa y arbitraria, ahora cuando
se aproximan las elecciones emitiendo mensajes confusos sobre la tarjeta
sanitaria para los inmigrantes, que ellos mismos suprimieron.
Pero el problema de la
intolerancia, se cuece en todo el continente europeo y en toda parte, hay que observar
los ejemplos en diferentes países y el
ascenso rápido de estas facciones radicales que pregonan la antiinmigración y
fomentan la xenofobia, muchos con presencia en el Parlamento Europeo. También en África, Latinoamérica, Asia u Oceanía,
nadie se salva de la vorágine racista de este siglo. Parece una cacería sin límites.
La canciller alemana Angela Merkel ha calificado de
"repugnantes" y "no dignos de nuestro país" los ataque
xenófobos, la canciller visitó por primera
vez Marxloh, un barrio de Duisburg con bastantes problemas sociales, allí fue
abucheada, mientras el vicecanciller Sigmund Gabriel visitó el albergue de Heidenau donde un grupo de unos 200
manifestantes convocados por el partido de extrema derecha NPD hirió a más de
30 policías en su empeño por destruir las instalaciones del centro temporal de
acogida. Precisamente, por sus posturas frente al tema, el SPD (partido socialista
alemán), ha sido amenazado. Según una fuente; “Hemos recibido más de 300 correos y más de
150 llamadas telefónicas donde se insulta y se intimida a los empleados y los
políticos del partido”, dijo.
Este año, este país recibirá a
800.00 solicitudes de asilo, cuatro veces más que el número de acogidos en
2014. Lo que ha provocado la virulencia de los xenófobos. En lo últimos días se
han contabilizado 202 ataques hasta julio. Incluso durante las protestas se ha
podido escuchar gritos de "Heil Hitler" o "extranjeros fuera". Su odio o
desinformación olvida que son personas como ellos. Familias, niños y mujeres, mueren hacinados en camiones o ahogados cruzando el mar. La mayor injusticia social comparada solo con la guerra.
El auge del Movimiento Pegida
cada vez preocupa más al gobierno de Merkel. Pese a todo esto, la mayoría de la
sociedad alemana comprende lo que pasa y ayuda a estas personas. Incluso, la
televisión intenta mostrar programas que sensibilicen y den un enfoque real de
la situación, hasta se ponen series de historia alemana donde se ve lo mal que
lo pasaron los ciudadanos con la guerra. Para recordar que casi todos los pueblos llevan consigo un
lastre de pobreza y sufrimiento.
Según el sacerdote Christian Wolff, quien durante 20
años ha trabajado con exiliados en la
parroquia de Santo Tomás en Leipzig y al que no parece asombrar esta ola de
violencia. "Lo que estamos viendo es el resultado de varias décadas de
fracaso en políticas de integración", apunta.
La alternativa
Menos mal que no todo es discriminación, radicalidad o ataques xenófobos, existe una inmensa corriente europea, norteamericana, sudamericana, asiática e internacional, en el sentido amplio de la solidaridad, del respeto al “otro”. De reconocer que unos nacen con posibilidades y otros deben buscarlas, incluso arriesgando sus vidas y las de sus familias. Ayuda humanitaria sin complejos.
Refugiados sirios son bienvenidos en Alemania
Alemania, ha dado un primer paso, la Oficina Federal de Migración y Refugiados ha suspendido el Protocolo de Dublín, que data de 1990 y que obligaba a los refugiados a solicitar asilo en el primer país europeo en el que estuvieron. La medida solo afecta a los migrantes procedentes de Siria y no de otros países que busquen asilo. Los partidos políticos, en general, están mostrando una posición positiva y de ayuda a los refugiados, pero sigue siendo insuficiente.
Otro buen ejemplo de solidaridad ha sido el del actor Til Schweiger que creó una fundación para ayudar a niños refugiados y que pretende “generar una atmósfera de bienvenida para las personas que tras huir del terror y la guerra se han visto expuestas a toda clase de desgracias y peligros”, ha señalado.
Según confirmó la empresa del
artista, Barefoot-Films, la “Til
Schweiger Foundation”, es ya una realidad y cuenta con el apoyo de
personalidades de la sociedad alemana, como el entrenador de la selección nacional de
fútbol, Joachim Löw; el presidente del
Partido Socialdemócrata Alemán, Sigmar Gabriel; el rapero Thomas D; el actor Jan Josef Liefers y el director de
animación del canal de televisión ARD, Thomas Schreibe, entre otros.
actor Til Schweiger
actor Til Schweiger
El intérprete de películas como “Malditos bastardos” de Tarantino, ha explicado que el apoyo de la fundación no está solo destinado a menores refugiados, sino en general a niños traumatizados alemanes, “de los que también hay muchos”, precisó. El primer proyecto de la Fundación es apoyar al centro de acogida para refugiados en Osnabrück, en Renania del Norte-Westfalia. Schweiger dijo que sin necesidad de publicidad ya ha logrado recaudar 250.000 euros -100.000 de su propio bolsillo- para poner en marcha la fundación. El artista declaro que tomó la iniciativa de esta fundación al ver las noticias diarias y el drama que viven estas personas para tratar de conseguir un porvenir para sus familias.
Tanto Alemania, como los países
europeos, iberoamericanos, africanos, asiáticos o de cualquier parte, tendrían
que empezar con un proceso de aprehensión sobre los conceptos de solidaridad,
ayuda y refugio llevándolos a la verdadera práctica, aunque sea con pequeños
gestos contra cualquier tipo de discriminación. Para terminar de una vez por todas con la
injusticia social, la muerte de víctimas inocentes, anónimas, anteponiendo la idea universal
de que todos son humanos no ratas de alcantarilla.
Rafa Cely Ulloa
Divulgadormultimedia.blogspot.de
Frankfurt-Alemania
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