07.08.15

Miedo al "otro"

La historia de Staffel es como la de cualquier ciudad o localidad que alberga a asilados. La solidaridad es más grande que la discriminación. El Gobierno de Merkel se gastará unos 500 millones de euros para ayudar a los asilados sirios. 





Desde tiempos inmemorables el hombre siempre ha tenido miedo. Recelo a la luz, a la oscuridad, a la naturaleza, a la vida, a la muerte y hasta a su propio yo. Por estos días como en los últimos 20 años, el miedo se ha instalado entre alguna gente, ciertos gobiernos y unos países. La culpa de todo es el gran miedo al extranjero, al que habla un idioma diferente, tiene un color de piel no muy visto posee desiguales costumbres, adora a un distinto dios y viene de otro lugar para quedarse entre nosotros; en su ciudad, en su pueblo  o  en su país, es decir miedo al "otro".

La migración está dejando una larga lista de cadáveres en el mar Mediterráneo, en las Costas españolas  e italianas, en Grecia, en Francia, Reino Unido, Malasia; en Siria, Libia, en Irak, Albania, Kosovo, y hasta en Hungría, Polonia o Rumanía. Aún se sabe poco de las víctimas de la migración sudamericana desde Venezuela, pasando por Colombia, Ecuador y Perú para llegar a Chile, Argentina o Brasil. Y tampoco se cuentan las de Bangladés, las de la ruta mexicana o la frontera entre Rusia, Ucrania y Kazajistán, por citar algunas.

Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Más de 2.000 personas han muerto y 188.000 migrantes fueron rescatados en el mar  Mediterráneo este año intentado alcanzar Europa. La OIM, señala que en el mismo período del año pasado las víctimas fueron 1.674, mientras que en todo el 2014 murieron 3.279 personas. La UE ha acordado repartirse a 40.000 refugiados para este año. Cerca de la mitad de todos los migrantes internacionales vive en solamente 10 países, pero el mayor número (46 millones) reside en Estados Unidos.

Países donde viven los migrantes en el mundo


_________________________________________________________________
Niños jugando en el campamento de Staffel /Foto R.C.U.



Miedo al vecino

Miedo tienen en Antofagasta, Chile  de los negros colombianos; miedo hay entre algunos españoles por los africanos que cruzan la valla, terror hay entre los rusos porque los ucranianos lleguen a  su país y miedo hay entre algunos alemanes por la llegada de por lo menos 450 mil refugiados, aquí les llaman “Flüchtlinge”,  previstos para este año y  que duplicaran la cifra del  2014. Unos 180.000 expatriados han llegado en el primer semestre del año, Alemania registró en julio una cifra récord de solicitudes de asilo: 79.000, según datos del Departamento de Migración y Refugiados.

Precisamente, en Staffel, una pequeña localidad a uno 77  kilómetros de Frankfurt el gobierno regional ha instalado un campamento para refugiados, entre los que se puede ver a niños, jóvenes, familias y personas mayores,  hay 633 personas en el campamento que provienen de Siria, Irak, Afganistán, Los Balcanes (Albania, Kosovo, Macedonia), Eritrea y Etiopia. Este acantonamiento, cerrado y vallado, tiene las condiciones mínimas para albergar a unas 650 personas en total y es uno de los primeros de  esta zona del país. Mientras los habitantes del recinto pasan el tiempo jugando, soportando el calor veraniego y esperando que decidan cuál será su futuro. Los vecinos de la zona están asombrados y muy prevenidos.

 Panorámica del campamento de refugiados de Staffel, Alemania. /RCU



Algunos sin conocimiento de causa se muestran reacios a hablar del tema y otros por el contrario asumen que sus prejuicios y miedos son “porque esta gente viene a vivir de las ayudas”  o “porque será la sociedad alemana la que tiene que pagar los gastos de todos”. Otra  vecina argumenta sin rubor: “Nosotros cuidamos a esta gente y a nosotros quien nos cuida de ellos”. Pero con todo, la solidaridad de los ciudadanos es total al punto que cada semana van al campamento a ayudar. Médicos, psicólogos, enfermeros y voluntarios asesoran a las familias en inglés o con señas para entenderse. Incluso una ONG se encarga de canalizar las ayudas y aportaciones de los vecinos de Staffel, Limburg, Hadamar u otras poblaciones  vecinas.
Al margen de los comentarios o preconceptos, casi siempre por estar desinformados o no conocer bien la situación de esta personas,  el campamento de Staffel está bien atendido y los mismos exiliados reconocen que los “tratan muy bien” y agradecen a los alemanes por dejarles venir  a vivir en sus pueblos”. Sin embargo, la tranquilidad de Staffel no es la misma que viven otros campamentos del país. La decisión de cobijar a los inmigrantes ha despertado la furia de los radicales xenófobos de extrema derecha.   

Ataques o solidaridad
El gobierno alemán está preocupado por los continuos ataques a casas de acogida o campamentos de inmigrantes, al punto que los políticos están hablando de una reforma a la Ley de migración. Justamente, el presidente de Alemania, Joachim Gauck, ha calificado los ataques racistas como “repugnantes” y el ministro de Justicia, el socialdemócrata, Heiko Maas, ha denunciado que esta violencia es un “ataque contra toda la sociedad alemana”. Incluso las televisiones locales han emprendido una campaña para dar a conocer las verdaderas historias de los migrantes. Se emiten a diario programas, documentales y especiales sobre los asilados y se muestra la realidad que viven sus países. Una forma de sensibilizar a la población y sobre todo informar sobre cómo y cuánto dinero le costará al gobierno ayudar a estas personas.

En Dresde, donde nació el movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida por sus siglas en alemán), vive entre el miedo y la tensión, en los últimos días se han incrementado los actos xenófobos. Los datos hablan de que en el primer semestre de este año se produjeron 199 ataques a centros de refugiados, más del doble que en los seis primeros meses de 2014, según datos del Ministerio del Interior y la Policía Federal Criminal (BKA). Este ministerio tiene registrados a 341 sospechosos como presuntos responsables de esos ataques, entre los cuales hay 148 identificados con nombres completos. Solamente  41 de estos sospechosos son reincidentes en delitos de xenofobia, lo que indicaría que se está produciendo una clara extensión de este tipo de actos discriminatorios.

El  reto de los gobernantes es tratar el fenómeno de la migración como lo que es, una catástrofe humana que cada día se cobra víctimas  mortales. En sus viajes llenos de peligro y dolor, los migrantes viven historias de violencia, explotación y abusos a manos de los traficantes que a menudo también cobran pequeñas fortunas al inicio de cada travesía. Muchos intentan dejar atrás viejos conflictos o nuevas guerras o bien huyen de la persecución, la pobreza, el hambre. Nadie abandona su país por gusto o por fastidiar. Es una necesidad humana y como tal debe ser entendida.

Tras el continuo debate sobre los movimientos migratorios en todo el mundo, se hace necesario que los gobiernos y la sociedad civil se concienticen que la migración es parte del mundo actual y globalizado del siglo XXI y que siempre ha funcionado así. Como la natalidad y la mortalidad de un país.

Los miedos y los prejuicios son buenos en la medida en que no se lleven a la intolerancia o los radicalismos. La xenofobia, el miedo al “otro”, al extranjero, al que viene de afuera, quizá sea más una Sombra que proyecta los aspectos que se rechazan, que están en el inconsciente y que cada persona tendrá que derrumbar. Tanto en Staffel,(Alemania) Calais, (Francia) Folkestone,(Reino Unido),Rosarno, (Italia), Almería (España), Iquique (Chile), Kota Kinabalu, en la isla de Borneo (Malasia), o en cualquier lugar del mundo el miedo al otro no es más que el miedo a sí mismo. Parafraseando a un poeta: “ese otro que también me habita, ángel o demonio, también soy yo”.

Rafa Cely Ulloa
Divulgadormultimedia.blogspot.de
Staffel, Hessen,
Alemania.
Fotos y Texto

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen

Ánimate y escribe lo que quieras con respeto y libertad. Sacar afuera lo que tienes dentro como la primavera.