20.07.15

Mujer de Magia Negra


Este 23 de julio se cumple un año más de la desaparición de Amy Winehouse, el ángel de la música que por su propia  naturaleza desapareció entre sus miserias e incomprensiones. Nos deja un inmenso mar de reflexiones disfrazadas con soul, jazz, rock y rhythm and blues y que desde acá veneraremos siempre. El siguiente texto escrito  desde la perspectiva de un conocedor de "los malditos", ya sean poetas, escritores o como en este caso artistas. El autor es profesor universitario de literatura y Lingüística en Colombia y además un estudioso de la música


Por estos días, se celebra el tercer aniversario de la sorpresiva muerte de Amy Winehouse. Con apenas dos álbumes grabados y algunas canciones póstumas que se recopilaron después de su muerte, la artista se ha constituido en la última gran figura de esa tradición que empezó con las grandes cantantes norteamericanas de jazz y blues, que empezaron cantando en las iglesias protestantes, y que posteriormente desembocó en el rhytm and blues, el rock y los ritmos urbanos actuales. Como si fuera un asunto de cábala o un presagio de Mujer de Magia Negra, Amy murió a los 27 años y de inmediato los medios y las redes sociales (esas alcantarillas del alma) la instalaron en ese antro de suicidas y excesos que se llama el Club de los 27. Allí se entronizó junto a los artistas que murieron en esa edad y casi en las mismas circunstancias: Jimy Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Kobain, el lider  de Nirvana.

Frágil, bella, inestable, solitaria en medio de las multitudes y escenarios, clásica sin escuela y sin reglas, romántica sin un cementerio adonde llevar las glorias de la droga, esta inglesita, esta esquirla de Shakespeare, es la última gran voz femenina del jazz, el soul y el rock.De ningún artista, sino de ella, pienso,se puede decir que el artista nace, así lo admitió Tonny Bennet, esa leyenda viva del jazz, quien dijo que Amy "era la verdadera, la más seria, la más grande cantante de jazz". Su padre, un taxista de Londres, la modeló y la moduló cuando de niña le hacía escuchar las canciones de Frank Sinatra, Sara Vaughan o Dinah Washington, quienes después ejercieron una profunda influencia sobre ella. Así la vemos debajo de las lámparas de los escenarios, serena, cantando cosas difíciles y dolorosas; y su voz de contralto, subiendo y bajando en las escalas; su voz ronca y áspera, delgada, fina.  Todas las personalidades de su dicción, contando historias, de amantes en los suburbios de Londres, una tarde en Nottin Hill con dos rosas en la mano, ella llorando en una mesa de un bar entre vasos de whisky: "Siempre tengo que consolarte cuando estás allí, tú deberías ser más fuerte que yo, lo único que quiero es apretar tu cuerpo contra el mío".


Amy Winhouse  nació en 1.982,  en el seno de una familia de clase media, en el norte de Londres y creció en South Gate, un barrio judío. A los nueve años sus padres se divorciaron y la niña experimentó un fuerte trauma que la afectó profundamente. Vivió una niñez solitaria y ya en su adolescencia la vemos obstinada, autodestructiva y rebelde. En el colegio, siendo niña todavía, funda su primer grupo, Dulce y Acido. A los 12 años entró a la prestigiosa escuela de teatro de  Silvia Young, una academia para niños entre 10 y 16 años. En el examen de ingreso impresionó a todos por su talento natural y por ser ya una diestra y gran conocedora de las melodías del jazz y de los registros de las cantantes  americanas de gospel y de blues. Pero a los 3 años fue expulsada "por bajo rendimiento y mal comportamiento", así es que abandona el Theatre School. A los 17 años, junto a su amigo Stefan Skarbet, músico y letrista, hacen sus primeras maquetas, y de esa época data su primera canción dedicada a su mascota, un canario que había muerto en su ausencia, October Song. A los 14 años empieza a componer y se presenta en los pubs (bares) de Londres. Crea letras muy lindas en un inglés un tanto bárbaro y urbano. En 2002 una maqueta suya llegó a Marcus Beese, un productor allegado a la Island Records, y es así que a sus 19 años firma su primer contrato con esta empresa disquera.

En 2003, bajo la producción de Salaam Remi, aparece su primer álbum, Frank, un disco hecho con sus "materiales personales”; este primer trabajo logra 2 nominaciones al Brit Awards y alcanza el galardón a la mejor canción del año, y obtuvo disco de platino en el Reino Unido. Estas composiciones se enmarcan en la tradición de la música negra norteamericana, el rhythm and blues, el jazz, el rock y otras músicas urbanas.

 A pesar de ser el primer disco, Frank es un trabajo de gran madurez, su estilo, muy personal, ya está plasmado. Con un vibrato profundo y moviéndose en las sutiles tesituras de su voz, Amy empieza a revelar una subjetividad compleja, unos sentimientos contradictorios y violentos: "Los melodramas de mi vida me hicieron estallar/ pero nunca me odié tanto por mi edad..." Negándose a ser un producto prefabricado del pop, abrió las puertas de su propia vida y escarbó en sus sentimientos más profundos: soledad, alcohol, traiciones, una fe vulnerada  a costa de derrotas, pero al mismo tiempo, espiritualidad, una ternura que escudriña en las memorias desfiguradas de su mente o que recoge las fichas derribadas del juego del Amor. Sus letras y sus imágenes son limpias y brutalmente sinceras, que sorprenden por su ingenuidad y belleza: "Entonces te soborné en el piso de abajo con un Marlboro rojo/ Apareciste con tus jeans desgastados y tu camiseta de los beastie (¿los Beastie Boys?) /Me mandaste a volar cuando me pateaste en la acera.

Al tiempo que su fama crecía, se hizo famosa también por sus borracheras y por sus escándalos en los hoteles, se quedaba dormida en las mesas de los bares y a veces llegaba ebria a los escenarios, pero al día siguiente aparecía emboscada entre las cámaras de los paparazis, en medio de los flashes que estallaban en su cara, o se veía en los mercados públicos con talegos de flores o con una manzana en la mano, bella, tranquila, sonriente, aguantando todas las estupideces de los medios, o aparecía de la mano de Frank en los suburbios de Londres, burlándose de la soledad.


 Bajo la dirección de su nuevo productor, el joven músico y  disk jai Mark Ronson, aparece en Octubre de 2006 su segundo disco, Back to Black, que arrasa en las listas y llega a ser N.1 en el Reino Unido, gana el Brit Award a mejor artista británica y se alza con 5 premios Grammy en una velada memorable en Los Angeles. Sus ventas son millonarias y el álbum llega a ser el más vendido  en la historia del siglo XXI en el Reino Unido. Es una producción impecable, donde dialogan el jazz y el rock; el rhythm and blues y el soul. Son canciones dolorosas donde Amy canta sus experiencias de amores conflictivos, autodestructivos, historias de una joven que peligrosamente se ha refugiado en el alcohol, la heroína; son letras crudas, no exentas de masoquismo: "Lloré por ti en el suelo de la cocina/ yo simplemente debería ser mi propia mejor amiga/ no te jodas y llenes la cabeza con hombres estúpidos".

En efecto, en 2005, apareció en su vida el joven Blake Filder- Civil, una especie de gentleman de la canalla londinense; en las imágenes lo vemos delgado, alto, con sombrero de fieltro, gafas negras y con 3 letras tatuadas detrás de su oreja: AMY. Lo conoció en un pub y fue amor a primera vista. Ella conoció la felicidad, el paraíso. Se casaron. Pero como todo paraíso tiene su serpiente, iniciaron una vida de escándalos y tragedias, como aquel incidente del 2007 en el prestigioso hotel Sanderson de Londres, donde aparecieron cubiertos de heridas y con huellas de sangre. Se le acusa a él de haberla iniciado en las drogas duras. Sus relaciones con los medios se hicieron peligrosas e inciertas, una tarde aparecieron jugando con crías de ratas, y una periodista le preguntó a ella si haría un acto de autodestrucción frente a las cámaras de televisión. Meses más tarde se separaron y Blake fue a la cárcel por asalto a mano armada.
Esta soledad de hoteles vacíos, esta vida borrascosa entre el delirio y la nieve de Londres, esta vida vertiginosa cruzada de relámpagos y lágrimas fue la que generó, paradójicamente, la belleza de las canciones de Back to Black.

Una tarde lluviosa y gris de 2011 fue encontrada muerta en su apartamento, en Camden. En su cuarto la policía encontró 3 botellas de vodka vacías. Cuando los jueces de instrucción salían con el cuerpo en la camilla, apareció una nube de fotógrafos con sus cámaras, revoloteando como moscas, disparaban sus flashes que se desvanecían bajo el cielo lleno de niebla. La gente empezó a correr con flores, los medios empezaban a envenenar la tarde con sus inútiles e hipócritas mensajes. Y ella, la romántica, la que moría cien veces en un hotel esperándolo, nos dejaba a todos con las manos vacías, y ahora la miro, con el pelo al viento, corriendo, por los verdes jardines de Londres.

Por Kástor Cabrera Solarte
Escritor y docente en Colombia
Especial/ para divulgadormultimedia.blogspot.de





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