Fotograma de la película "Dios mío, ¿qué te hemos hecho?.
Basta echar un vistazo a la historia del hombre para comprobar que la mayoría, por no
decir todos, los pueblos se conformaron por mezclas y dominación. Las sociedades civilizadas basan su perfección, precisamente, en eso, en la maravilla de tener parte de otros. No hay nación que no sea resultado de esa mescolanza, para bien o para mal. En pocas palabras, inmigrantes somos todos.
Y así, lo señaló el presidente de los Estados Unidos Barack Obama para defender la idea de que los Estados Unidos es un país de inmigrantes, eso sí, exceptuando los indios, los demás son de origen extranjero. "Todos somos inmigrantes. Eso es lo que somos. A menos que tú seas uno de los primeros estadounidenses, un nativo americano, eres un inmigrante. Y es algo que tenemos que reconocer".
El
gobierno de los Estados Unidos, intenta hacer una reforma migratoria que permitiría legalizar a 5 millones de personas sin
papeles ni derechos sociales. Obama reprocha al Partido Republicano, su
incapacidad para ofrecer alternativas a sus propuestas. La aprobación o no de
la Ley dependerá, entre otras de la voluntad política mirando el horizonte
electoral que se avecina. Si el Partido Republicano no logra por lo menos el
40% del voto de origen hispano en 2016, tendrá, una vez más, cerrado el camino
a la Casa Blanca.
La
migración es un fenómeno cíclico, humano casi natural. Desde épocas antiguas el
hombre ha buscado nuevos retos, nuevas experiencias, ya sea por necesidad o
expectación. Los movimientos de población han alcanzado tal dimensión que los analistas auguran que el siglo XXI será el siglo de las
migraciones.
Por
eso, no extraña que esas migraciones hagan nuevas sociedades, nuevos pueblos y
mejore la calidad de vida. Dentro de los propios países hay migraciones y movimientos de población. "Desplazados", llaman en Colombia a las personas que huyen de una región a otra por culpa de la violencia desenfrenada. Es difícil explicar cómo algunos políticos no
comprenden esta realidad que afecta al mundo. Las migraciones son tan
necesarias como los nacimientos o las muertes en una nación.
Esos
movimientos de población tienen sus ventajas y está demostrado por pasiva y por
activa su aporte a los países receptores.
Sin embargo, muchos se mueren en el camino deseando llegar. Según la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), “cerca de 40 mil personas han muerto
intentando cruzar su frontera”. Los mismos países pertenecientes a esta
organización, albergan 115 millones de extranjeros.
En
un reciente informe de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), se
confirmaban los cinco corredores de migración más letales del mundo: Fronteras
europeas a través del Mediterráneo con
migración africana, asiática y cuya puerta de entrada es Ceuta y Melilla en
España; El Sáhara, con migración proveniente del Norte de África (Libia y
Egipto); Río Grande, con movimientos de población desde México a Estados Unidos
(América Central), en esta ruta es conocido el “tren de la muerte”, por el que miles
de centroamericanos recorren México para llegar al conocido “paraíso americano”
y en el que mueren jóvenes asesinados en
la más impune crueldad; El Cuerno de África, hacía Yemen y Sudáfrica: El quinto
corredor es el denominado “Los Boat people” de Oceanía, cuyo objetivo es
Australia. Movimientos migratorios desde Oriente Medio, Asia Central y el Sudeste.
Existen
otros corredores menores de la migración como el de la frontera
Colombo-venezolana; el de Paraguay hacía Brasil
en Sudamérica y más recientemente
el de Kosovo, que se está quedando sin población por la emigración tras la
pobreza, el desempleo y el hambre. La ruta a través de Hungría para llegar a
Alemania. Estambul es la parada obligada para los árabes y entrada a Europa.
Los turcos saben muy bien del proceso migratorio y de integración, son coparticipes
de esta Alemania próspera y desarrollada.
La
migración debe ser entendida como procesos sociales que acarrean cambios y
estrategias: nuevas formas de vida, de concebir y comprender a los seres
humanos de este siglo cavernícola. En esta coyuntura donde se percibe el
progresivo arraigo de una identidad posnacional basada en la dimensión
universalista del denominado patriotismo constitucional, como lealtad a los
principios políticos de libertad y democracia, no deberían existir exclusiones
o recelo por los que vienen de afuera. La inmigración como fuerza intrínseca de
la nación.
Aunque
poco, el mundo moderno empieza a entender la migración, pese a los grupos de
ultraderecha y xenófobos o los radicalismos fanáticos y religiosos. Las
sociedades aprenden a convivir con los negros,
los latinos, los judios, los blancos, los chinos, los árabes o todos juntos como lo ha hecho el cine,
estupendamente. Precisamente, el séptimo arte ha logrado reflejar a su sociedad. En los últimos años se han
hecho más películas sobre el tema que en la última década: Para la muestra:
Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?, de Christian Clavier; 300 Worte Deutsch de
Züli Aladag: Samba de Eric Toledo y Perdiendo el Norte de Nacho Velilla. En
clave de comedia se nos muestra un mundo posible en el que cabe la diferencia y
el respeto.
No
nos alcanzaría el espacio para describir el aporte de los inmigrantes como lo
recordó Obama y que se podría aplicar para cualquier país: "Estados Unidos es
fuerte porque, generación tras generación, los inmigrantes abrazaron los
ideales de Estados Unidos y después lucharon por sus ideales, y lucharon en
guerras para defender nuestro país, y construyeron empresas que dieron empleo a
la gente, y ayudaron a construir los ferrocarriles y las autopistas".
Inmigrante es tu novia o tu amante, nuestra jefa, el señor mayor, la vecina cotilla y su perro, el compi de la universidad, el
cantante, el hombre de la calle, el mecánico, la mujer de mi amigo, la vecina
de mi padre, sus amigos y los de ella, el conductor del autobús, el taxista,
inmigrante es el falso comercial, el político, el policía, la enfermera, la
psicóloga, el sacerdote, el vigilante de playa, el vendedor de ultramarinos,
la dependienta, dice que no, pero claro que es inmigrante, los niños de ese
parque son inmigrantes, el Papa, La Cicciolina,
Mick Jagger, Ronaldo, Eric Clapton, Los Carrangueros de Ráquira, Lolita,
Robert De Niro, Sabina, Anais Nin, Steve Jobs, Jeff Bezos y un largo etcétera, en definitiva, no se
asuste si se mira en el espejo y lo que ve es a un inmigrante.
Rafa
Cely Ulloa
Divulador
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