31.01.17

Todos somos inmigrantes, incluso Trump




Hace un año escribí este texto a propósito de una ley que quería  aprobar el Gobierno de Obama sobre la legalidad de algunos extranjeros. Hoy unos meses después  lo actualizó  para reafirmar que pese a las nuevas políticas racistas y discriminatorias del presidente Donald Trump, en el fondo "todos somos inmigrantes".

Basta echar un vistazo a la historia del hombre para comprobar que la mayoría, por no decir todos, los pueblos se conformaron por mezclas y dominación. Las sociedades civilizadas basan su perfección, precisamente, en eso, en la maravilla de tener parte de otros. No hay nación que no sea resultado de esa mescolanza, para bien o para mal. En pocas palabras, inmigrantes somos todos.

Y así, lo señaló el  ex presidente de los Estados Unidos Barack Obama el año pasado, para defender la idea de que los Estados Unidos es un país de inmigrantes, "eso sí, exceptuando los indios, los demás son de origen extranjero. "Todos somos inmigrantes. Eso es lo que somos. A menos que tú seas uno de los primeros estadounidenses, un nativo americano, eres un inmigrante. Y es algo que tenemos que reconocer".

El gobierno de los Estados Unidos, intentó sin éxito hacer una reforma migratoria que permitiría legalizar a 5 millones de personas sin papeles ni derechos sociales. Obama reprochó al Partido Republicano, su incapacidad para ofrecer alternativas a sus propuestas. La aprobación o no de la Ley dependía, entre otras de la voluntad política mirando el horizonte electoral que se venía y del cuál ya sabemos el resultado. El Partido Republicano no logró ni el 40% del voto de origen hispano  y pese a ello pudo ganar, gracias a la verborrea de un candidato clacista y sin experiencia de gobierno como nuevo inquilino de la Casa Blanca.



El presidente Donald Trump decretó  hace unos días el cierre temporal de las fronteras de Estados Unidos para los inmigrantes de siete países de mayoría musulmana y para refugiados de todo el mundo. La decisión, anunciada en el Pentágono, llega días después de que el nuevo presidente ordenase la construcción de un muro en la frontera con México para frenar la entrada de inmigrantes indocumentados latinoamericanos. Ambas medidas cumplen promesas electorales de Trump. También prohíbe durante 90 días la entrada de extranjeros de varios países. No los detalla, pero el decreto remite a otro texto que se aplica a Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia, Yemen e Irak.

Con estas medidas queda clara la nueva política de fronteras y de racismo fragrante del nuevo mandatario. Lo que ha generado una ola de manifestaciones en muchas ciudades del mundo y en las principales de los Estados Unidos, incluso la medida ha sido denunciada y bloqueada legalmente pero se mantendrá. Olvida el presidente Trump que esta en juego la política internacional y la seguridad de muchas personas inocentes, pero más allá de las censuras impuestas o los deseos de construir un muro en la frontera con México, olvida el presidente Trump que en muchas de sus empresas trabajan extranjeros y muchos de ellos le han ayudado a construir su imperio, son los mismos inmigrantes que quiere expulsar, incluso su familia paterna emigró de Alemania y su esposa es de origen esloveno, lo que hace toda una contradicción. Incluso una cábala nos haría pensar que él mismo es migrante, aunque llegase a los Estados Unidos muy pequeño, pero es posible. Que levante la mano quien se considera " puro de raza".

La migración es ciclíca

La migración es un fenómeno cíclico, humano casi natural. Desde épocas antiguas el hombre ha buscado nuevos retos, nuevas experiencias, ya sea por necesidad o expectación. Los movimientos de población han alcanzado tal dimensión que los analistas auguran que el siglo XXI será el siglo de las migraciones.

Por eso, no extraña que esas migraciones hagan nuevas sociedades, nuevos pueblos y mejore la calidad de vida. Dentro de los propios países hay migraciones y movimientos de población. "Desplazados", llaman en Colombia a las personas que huyen de una región a otra por culpa de la violencia desenfrenada. Es difícil  explicar cómo algunos políticos no comprenden esta realidad que afecta al mundo. Las migraciones son tan necesarias como los nacimientos o las muertes en una nación.

Esos movimientos de población tienen sus  ventajas y está demostrado por pasiva y por activa  su aporte a los países receptores. Sin embargo, muchos se mueren en el camino deseando llegar. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde),  “cerca de 40 mil personas han muerto intentando cruzar su frontera”. Los mismos países pertenecientes a esta organización, albergan 115 millones de extranjeros.


En un reciente informe de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), se confirmaban los cinco corredores de migración más letales del mundo: Fronteras europeas a través del Mediterráneo  con migración africana, asiática y cuya puerta de entrada es Ceuta y Melilla en España; El Sáhara, con migración proveniente del Norte de África (Libia y Egipto); Río Grande, con movimientos de población desde México a Estados Unidos (América Central), en esta ruta es conocido el “tren de la muerte”, por el que miles de centroamericanos recorren México para llegar al conocido “paraíso americano” y en el que mueren  jóvenes asesinados en la más impune crueldad; El Cuerno de África, hacía Yemen y Sudáfrica: El quinto corredor es el denominado “Los Boat people” de Oceanía, cuyo objetivo es Australia. Movimientos migratorios desde Oriente Medio, Asia Central y el Sudeste.

Existen otros corredores menores de la migración como el de la frontera Colombo-venezolana; el de Paraguay hacía Brasil  en Sudamérica y  más recientemente el de Kosovo, que se está quedando sin población por la emigración tras la pobreza, el desempleo y el hambre. La ruta a través de Hungría para llegar a Alemania. Estambul es la parada obligada para los árabes y entrada a Europa. Los turcos saben muy bien del proceso migratorio y de integración, son coparticipes de esta  Alemania próspera y desarrollada.


La migración debe ser entendida como procesos sociales que acarrean cambios y estrategias: nuevas formas de vida, de concebir y comprender a los seres humanos de este siglo cavernícola. En esta coyuntura donde se percibe el progresivo arraigo de una identidad posnacional basada en la dimensión universalista del denominado patriotismo constitucional, como lealtad a los principios políticos de libertad y democracia, no deberían existir exclusiones o recelo por los que vienen de afuera. La inmigración como fuerza intrínseca de la nación.

Aunque poco, el mundo moderno empieza a entender la migración, pese a los grupos de ultraderecha y xenófobos o los radicalismos fanáticos y religiosos. Las sociedades aprenden a convivir con los negros,  los latinos,  los judios, los blancos,  los chinos, los árabes o todos juntos como lo ha hecho el cine, estupendamente. Precisamente, el séptimo arte ha logrado reflejar  a su sociedad. En los últimos años se han hecho más películas sobre el tema que en la última década: Para la muestra: Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?, de Christian Clavier; 300 Worte Deutsch de Züli Aladag: Samba de Eric Toledo y Perdiendo el Norte de Nacho Velilla. En clave de comedia se nos muestra un mundo posible en el que cabe la diferencia y el respeto.


fotograma de la película francesa ¡Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?,

No nos alcanzaría el espacio para describir el aporte de los inmigrantes como lo recordó Obama y que se podría aplicar para cualquier país: "Estados Unidos es fuerte porque, generación tras generación, los inmigrantes abrazaron los ideales de Estados Unidos y después lucharon por sus ideales, y lucharon en guerras para defender nuestro país, y construyeron empresas que dieron empleo a la gente, y ayudaron a construir los ferrocarriles y las autopistas".

Inmigrante es tu novia o tu amante, nuestra jefa, el señor mayor, la vecina cotilla y su perro, el compi de la universidad, el cantante, el hombre de la calle, el mecánico, la mujer de mi amigo, la vecina de mi padre, sus amigos y los de ella, el conductor del autobús, el taxista, inmigrante es el falso comercial, el político, el policía, la enfermera, la psicóloga, el sacerdote, el vigilante de playa, el vendedor de ultramarinos, la dependienta, dice que no, pero claro que es inmigrante, los niños de ese parque son inmigrantes, el Papa, La Cicciolina,  Mick Jagger, Ronaldo, Melania e inlcuso Donald podría, Eric Clapton, Lionel Messi, Los Carrangueros de Ráquira, Samir Khedira, el presidente Maduro, Lolita, Robert De Niro, Sabina, Anais Nin, Steve Jobs, Jeff Bezos y un largo etcétera, en definitiva, no se asuste si se mira en el espejo y lo que ve es a un o una inmigrante.


Rafa Cely Ulloa
Divulador Multimedia
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